Un inicio invisible (1), imperceptible, que desde el caos de lo más simple (2), descubre palabras mutantes (3). Palabras que danzan en un lienzo en blanco dibujando garabatos (4). Justo ahí, en ese preciso momento, todo arde (5) y los trazos incandescentes se encienden ante la magia (6) del arte en movimiento. En esa luz se vislumbran siluetas en blanco y negro (7), que sobrevuelan el espacio de este caos maravilloso. Entretanto nosotros, como meros espectadores, somos tiempo (8), somos fugaces. Y no queremos desaparecer (9), porque en esta inercia de creación espontánea y sin control, siempre cabe lugar para algo nuevo. Siempre hay lugar para OTRA HISTORIA.
Música & Letra por Herenia Tost y Luis Pijuan
Producido por M. Martín